martes, 14 de julio de 2009

Como ver el mundo a través de un agujero negro

Soy el ombligo de una adolescente de dieciocho años. No soy una de esas personas a las que les gusta fanfarronear acerca de sí mismos, pero debo decir que soy una de las partes más hermosas y especiales de nuestro cuerpo. Soy único. No soy como las piernas, los brazos, las manos, etcétera, etcétera, que siempre trabajan en grupo; yo soy independiente. Uno puede decir que la nariz es independiente también, pero siempre está fría, colorada y la suenan todo el tiempo, si eso es una vida, ¡mejor recurro al suicidio!
Nacimos al mismo tiempo. Bueno, en realidad, soy como una mariposa, tuve una vida previa. Solía ser una cosa, pero después me convertí en algo completamente diferente y mucho más hermoso. Al principio, era el cordón umbilical que nos unía a nuestra mamá, pero después me independicé completamente cuando el doctor me cortó (no es necesario decir que ese fue uno los momentos más traumáticos de mi vida).
Estoy justo en el centro de la panza. Tenemos una hermosa panza chata y una muy atractiva cintura; puedo decir que estoy realmente orgulloso de la parte del cuerpo en donde vivo. Nunca he escuchado ninguna queja sobre nosotros. Cuando éramos más jóvenes, solíamos usar remeras cortas y pantalones de cintura baja, especialmente en verano. De esa forma, podía disfrutar del mundo que tanto amaba. ¡Oh! Creo que me olvidé de decir que puedo ver el mundo porque soy diferente a todos los demás introvertidos ombligos. Nunca he sido tímido, entonces no pude entender porque tenía que estar oculto en un agujero negro. Aunque nuestros padres hicieron cosas inútiles -y a veces estúpidas- para meterme de nuevo adentro, como cubrirme con cinta adhesiva, yo no iba a rendirme.
Bueno, como iba diciendo, he pasado gran parte de mi vida bronceándome gracias a que usamos ropa diminuta. Pero después crecimos, llegamos a la adolescencia y decidimos que teníamos que ser más reservados. De todas maneras, se que aún soy especial para ella porque nunca se ha quejado de que yo soy diferente del resto; por el contrario, ella me ama. Sin embargo, mi vida no es maravillosa. Hay gente que al no estar satisfecha con nuestra belleza natural nos quiere hacer piercings. Nunca podré olvidar el verano pasado cuando fuimos al shopping con una amiga nuestra. De hecho, yo no quería ir. Estaba cansado porque habíamos estado sentados todo el día y –aunque somos flacos- un rollo me había estado aplastando y no podía respirar (casi lloro ese día). Pero cambié de idea porque pensé que íbamos a comprar algo lindo para mí, como una remera colorida y no esas aburridas camisetas que usamos en invierno.
Desafortunadamente, estaba equivocado y los dos vimos como el obligo de nuestra amiga era perforado. Pobre Bobby (ese era el nombre del ombligo de nuestra amiga), estábamos hablando en el camino y él parecía presentir lo que le iba a suceder. Lo peor es que yo pensé que yo sería el siguiente. Gracias a Dios, somos muy sensibles y nunca haríamos una cosa así. Esa tarde va a quedar gravada en mi memoria eternamente, pude haber muerto dos veces: una, aplastado por ese asqueroso rollo y, la otra, apuñalado sin piedad.
Otro problema de estar afuera es que uno se enfría fácilmente en invierno. Pero en estos días estoy tratando de reflexionar sobre la forma en que encaro mi vida. Me refiero a que ahora puedo ver que yo solía pasar la mayor parte de mi tiempo contemplando mi vida, pensando demasiado en mis problemas. Después de haber visto lo que le pasó a Bobby, me he dado cuenta de que hay ombligos en el mundo con problemas mucho más graves que los míos.
Para ser honesto, no puedo quejarme. Estoy en el centro del cuerpo, ni muy arriba, ni muy abajo. A pesar de ser diferente, no soy discriminado; por el contrario, soy amado y admirado por todos (vanidad es un tema aparte). No hay necesidad de decir que mis padres me aceptaron y que los cuatro vivimos felices juntos sin tener en cuenta lo que dicen los demás.

1 comentario:

  1. La consigna de este cuento era que el narrador debía ser una parte de tu cuerpo que cobre vida propia podemos decir. La idea surgió a partir de un cuento que leímos en primer año en el que el narrador era la panza de un cuarentón sino recuerdo mal. Traté de buscarlo entre mis apuntes para compartir el cuento que es muy gracioso y vale la pena leerlo pero no lo encontré y no me acuerdo ni el título, ni el autor. Voy a tratar de encontrarlo y si lo hago, lo publico así pueden leerlo y reirse un rato =)

    ResponderEliminar